A nadie y a todo el mundo

Me apetece perderme un poco entre mil stories, falsas o no, de otras personas.

Vídeos de YouTube de otras vidas. 

Textos de otras formas de pensar. 

Y no estoy mal.

Simplemente quiero parar.

Mi cabeza tan llena, y tantas personas insistiendo en chupar energía. 

No, tú no.

No, hoy no. 

No, no me voy a ir. 

No, no te voy a prohibir expresarte. 

Pero necesito no escuchar.

Evolución

Cada día 1, 11, 17, 25.

Cada verano, 

Cada fin de año, 

Cada viaje, 

Cada tormenta, 

Cada voz que se rompe. 

Con J. la voz se me rompió una vez.

Con personas inadecuadas el estómago se me puso del revés demasiadas veces. 

Ge sustituido fechas de viajes, parques, escenarios de miradas. 

Y, aunque costó, ignoré miradas y palabras que herían o hacían arder cicatrices.

Puede doler, no usé típex, pero ya sin moratón.

Ciertas heridas no se ven. 

Café y reinicia

Un patrón se repite, inconscientemente, hasta que uno se rebela.

Mi cuerpo, mis normas.

Mi vida, mi ideoligía. 

Mi silencio, mis incontinencias verbales. 

Es raro, pero ni el amor romántico, ni esas amistades que son familia sin sangre, se igualan a otras personas.

Vas a tu bola, y, como vivir a 100 metros es lo que tiene, te encuentras.

Y un café arregla todo lo que estaba desordenado. 

Es como ir a investigar a una biblioteca, como leer capítulos que yo viví pero no sentí.

Nadie valora el poder que tiene cruzar un rellqno y que te den macarrones, o bajar dos pisos e intercambiar películas. 

El universo a veces grita

Allá por 1996, seguramente por repetir patrón, hacía punto de cruz e intentaba dibujar vestidos para mis muñecas sobre papel. 

De golpe no hubieron vestidos únicos ni disfraces. 

Y si siempre debería haber sido así? 

Niños con coches, 

Niñas con Barbies. 

Hombres con coches, 

mujeres con TCA? 

Hombres controladores, 

Mujeres silenciadas? 

Manejando tormentas

Tan fácil como Wingapo. 

Ya noo permito que un minuto de ansiedad me arruine el día, ni la noche. 

Entre cientos de mantras, 

Tras intentos fallidos de lograr mi paz, 

Simplemente es agadecer. 

Otoño... casa

Escuchar ruido, gritando por dentro, durante varias semanas, es lo que tiene.

Estás tú, hablando de algo normal, y yo, de golpe, me rompo.

Sentirme acunada sobre ti, tus manos recorriendo bajo mi jersey y tu latido rozando mi oído, lo pone absolutamente todo en su lugar.

Cada otoño me trae estos recuerdos tan tangibles de fragilidad, pero con tus latidos tan cerca soy consciente de que son solo recuerdos. 

Se puede tener miedo, frío, dudas y todo. 

Pero contigo es imposible. 

Casa. 

Sobra ropa

Quiero estar desnuda, 

a tu lado.

Desnuda y segura.

Desnuda y con voz. 

Como siempre. No creo que sepas lo que representa para mí.

Más allá del sexo o la excitación. 

Es la seguridad y sensación de que por fin sí, que sí estoy en un lugar que no me ha impuesto nadie.

Comencé a mirarme en el espejo hace cosa de un año.

Y me pedí perdón por muchas veces. 

Rocé con mi mirada aquellas rotondas en las que entré en bucle.

Aun me producen cosquillas de euforia ciertos momentos.

Ay esos momentos. 

Viviría desnuda. 

Sin maquillaje, sin push up, sin capas que tapen cada rincón.

Sin prejuicio.

Sin apareiencias

Sin miedo. 

Desnuda

Si me desnudo en confesiones, lo primero que salen son declaraciones de amor propio y algún reproche al pasado.

Pero quiero cambiarlo, de hecho no es así. 

Si me desnudo, encuentro mucha fuerza de voluntad. 

Cada mes, cada verano, cada fin de año, cada vez que oigo o veo cosas concretas. 

Por qué mi cabeza insiste tanto en hacerme pequeña? 

Me equivoqué.