Y curiosamente suele ser en verano cuando decido frenar.
Curiosamente, porque puedo decir que es una estación inquieta; me gusta la temperatura y demás, pero el subconsciente va a lo suyo.
Y hablo de frenar porque la ansiedad generalizada va a mil cuando le das un par más de opciones.
Este año no he viajado tanto como otros, pero he aprendido a comer sin culpa.
Pero sabes, blogger?
La desconexión la dejo para el final.
Sé que no es sano... Pero también veo que los mareos han cambiado mucho.
Para qué sentir envidia?
Para qué sufrir con recuerdos que ya no son más que eso?
Estoy aprendiendo a fluir.
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