Piel de cuarentena

Madrugada de día 45

Soy sentimiento por encima de todo, pero ya la piel está perdida. 

Y tus manos?

Dónde dejar el juicio cuando las fuerzas me piden pausa, el cuerpo me grita y la mente me dice ahora no?

Existe la amnesia corporal?

Quiero pensar que no. 

Porque tengo miedo de, cuando se pueda, hacerte la cobra por instinto.

Quererme

Ha costado, mucho,

Muchísimo, 

Poca gente sabe cuánto

Ha costado prometerme respeto incondicional, una pieza de amor y que tido irá bien. 

Qué mejor que un tiempo a solas, para dejar de odiarme y empezar a escucharme? 

Pero cuando te vuelva a ver ya no sé qué voy a hacer. 

Si abrazarte, besarte, comerte o secuestrarte. 

Llorar o temblar. 

Sólo quiero saber que todo va a ser más crudo. 

Si amas sale. 

Si buscas interés, sale. 

Si mueres de miedo, sale. 

Ya ni cuento las veces que pronuncio tu nombre, deseando hacer magia. 

Día 38

Te abrazaré más fuerte que nunca.

Te contaré toda con la mirada, pero no sé me ocurrirá romper ese momento. 

Esa transferencia de tiempo lejos. 

Te abrazaré, sí. 

Y te besaré para recuperar ese aire que me genera ansiedad. 

intermezzo

Que yo recuerde, fueron alrededor de 90 días, pero fueron 30 más.

Hubieron salidas de 2 horas, pero eran salidas a ninguna parte.

El mismo desayuno, las mañanas de pánico, comidas que no llenaban, tardes de rabia y esa hora de parque, sin parque. 

Día 34 de confinamiento. 

Estoy encerrada, pero sé por qué. 

Tengo rutinas, pero las he decidido yo. 

No hay broncas. 

En ambos encierros el sentimiento principal es echar de menos, pero Albert Espinosa ve esta situación de una manera distinta.

Él vivió media infancia entre hospitales. 

Y escribió hasta dar forma a sus miedos. 

Día 30

Paranoica, rara, dependiente emocional.

Pero ahora todo el mundo echa de menos abrazar a quien les son importantes.

Nunca estás en casa, te quejarás.

Ahora todo el mundo se agobia y está como loco por ir a tirar la basura. 

Echo de menos, por supuesto.

Caminar bajo el sol y árboles enormes. 

Ir con la bolsa de tuppers a mi segunda casa. 

Todos los cafés aplazados. 

Todas las risas. 

Echo de menos reír, sí. 

Es extraño que algo tan simple deje tanto vacío. 

Dividida

Madrugada de día 29 de confinamiento.

Emocionalmente, lo que más echo de menos de ti son tus abrazos. 

Como mucho, tu piel.

Sentir tu respiración cerca de mi cuello y sincronizar mi latido al tuyo mientras entierro mi rostro en tu pecho.

Pero está mi cuerpo. 

Sí, eso que el mundo insiste en ensuciar. 

Echo de menos que un roce o mirada me produzca taquicardia.

Echo de menos tu sudor y el mío. 

Pero sin corazón el cuerpo no vive. 

Cuento de miedo

Yo no era de libros con parte de historia real.

Pero aquí estoy, 

Leyendo la continuación de un libro reeditado de hace 25 años.

Qué es feminismo?

Sexismo?

Gestación subrogada?

Abuso?

No quiero hacer spoiler. 

El primer libro no es suficiente. 

La serie por supuesto es papel. 

Reconozco que, en líneas, he sentido cada calambre, el miedo, el aturdimiento.

Me ha llevado de puntillas a otro tiempo, 

La coacción invisible,

Las bocas que hacían daño, 

Las manos que paralizaban.