Las pesadillas que no vienen a cuento,
O tal vez querer frenar, pero frenar del todo.
Pero hace más de una semana que me meto a la cama y me sale llorar.
No es que tenga frío, pero busco manta para sentir el roce.
Y si no bebo calimocho un sábado, mejor.
Hace 11 años aprendí que beber puede ser peligroso respecto a ocultar miedos.
Y todo está bien.
La báscula, la ropa, el espejo...
Pero no.