27 mar 2013

Tal vez


Puede que me falte el aire al hacer determinados ejercicios. Se me ha olvidado respirar. Hace ya meses construí una frase: Eres el oxígeno de mis sonrisas. Ya sabemos que sin oxigeno no hay vida.

Puede que, tras años, haya vuelto a escuchar algunas canciones concretas de rap. Es poesía urbana, cruda realidad que grita por ser escuchada. Puede considerarse violenta la velocidad de los tiempos, pero puede ser una escusa para sacar lo negativo. O tal vez escucharlas de nuevo sea solo un dejavú hacia esa soledad que tuvo un final. Quizá sea el poder de pisar el freno y huir de las caídas hacia el abismo.

Puede que, por muchas veces que me niegue a mí misma un sentimiento especial hacia él, cada palabra cruzada ó  cada semifusa de la melodía de su voz consiguen que tenga calor en la tripa y que me pregunte si soportaría un futuro sin él. Siempre podré llamarle, quedar con él, reír, compartir, estar ilusionada… porque se hace con cualquier amigo. Por él me prometí ser fuerte y no volver a caer.

Puede que la improbabilidad sea mi regla a la hora de elegir de quién enamorarme.

24 mar 2013

Experiencias veinteañeras


A una semana de cruzar el umbral de un año más, decido hacer una lista de experiencias, buenas, claro, las malas no merecen ser recordadas.

Dieciséis días bastaron para, tras mi cumpleaños, plasmar sobre mi hombro esas seis letras, mi ángel, mi estrella, mi mayor fuerza. Hubieron temblores antes, durante y después, pero acompañada por Cristina, ese “mal bicho” que iba diciendo que sangraba tras cada letra. Tal vez gracias a esta novedad, no me he vuelto a sentir tan sola y conseguí hacer del 11/06 un día de fiesta, no de penas.

Ocho meses fue el plazo necesario para reencontrarme con Señor Eko. Cerveza, piruleta y algún beso. Aprendí que jamás hay que quitarse un anillo, que luego hay chantaje para recuperarlo.

Despistaos es mucho más que un grupo de música. Durante un par de meses, mostraron que sus conciertos unen mucho. Todo empezó con una sesión de fotografías y acabó con un abrazo.

Y, cómo no, unos ojos azules. Nunca nunca me gustaron, pero hay personas que te hacen caer en ese océano o piscina. Consejos, efectos emocionales y recuerdos, todo ello bañado en lluvia o no.

Y uno, o tal vez dos de mis mejores recuerdos de este año, han sido y seguirán siendo mi energía cuando crea haberla perdido. No imaginaria mi vida sin ellos, porque no sería vida. No habría fuerza para seguir, no compensaría luchar e ir a contracorriente. No tengo ni idea qué pasará en este año que me espera, pero no tengo ningún miedo; sé que con ellos no me puede pasar nada malo. Uno vela por mí y otro puede ser, y es, quien me mantiene en un plano real. Por los dos…. Jamás me rendiré.

19 mar 2013

No consigo entender porqué.


Se supone que ya no le quiero. Somos amigos, pero ya está. Y se supone que tengo paciencia y voy a esperar. Pero me da por ver, más bien escuchar, videos de hace ya años, de series o películas muy bonitas. Y lo paso mal, porque ahora sé que es posible. Que el amor es improbable, que se pueden hacer colecciones de recuerdos y que no es tan malo ser segundo plato.

Ahora entiendo lo que es quedarse con la hora, el roce de dientes y el calor de un primer beso. Entiendo que a veces la seguridad y el amor que sientes se apoderen de ti, y que solo reacciones cuando has hecho daño a esa persona. Entiendo que todos tenemos un pequeño masoquista ahí dentro, que no le importa saltarse las reglas porque está loco por ese “obstáculo”.

Pero ya no me refiero a J., sino a quienquiera que sea mi alma gemela. Y es muy cursi hablar en estos términos; pero una alma gemela puede no tener que ser la otra mitad. Un libro acerca del amor que he leído me ha dado a entender que en TODAS nuestras vidas coincidimos con una misma alma gemela. Una alma gemela es algo que no conseguimos apartar de nuestro corazón, está imantado a nosotros. Y no quiero pensar que mi alma gemela fue Sergio; no quiero tener que esperar otra vida. El libro habla de que un alma gemela no necesita cercanía ni nada físico, pero me saca de quicio pensar todo esto. Sé que no debería, quiero creer que hay alguien más complementario en mi vida, pero me está pasando como a cualquier ateo. Si no veo, no creo.

Toca ignorarte. Toca desearte lo mejor. Y toca esperarte.


 
No me da la gana que solo TÚ estropees mi felicidad; las etapas depresivas ya han pasado y ahora toca sonreír. Así que, toca mantener distancia, hacer como si no existieras y mirar hacia otro lado.

Otro deseo sería injusto porque, entre todas las personas que me he topado, solo tú me trataste como necesitaba. Con cariño, sin imponer reglas, soportando mis malos días y dándome un amor que no tenías.

Es lo más lógico. Se me llena la boca hablando del amor, versionando a San Pablo con eso de “El amor espera, no es egoísta, puede con todo” y escribiendo/leyendo referencias. Y, aunque parezca desesperada por dar CONTIGO, pienso esperarte, sentada o de pie, no me importa. Porque lo tengo clarísimo. Si puedo imaginarlo, puede ser real; no sé dónde estás, si te conozco o no, pero es cuestión de tiempo contestar a mis preguntas.

11 mar 2013

¿Contento?


Ojala solo fuera presión. ¿Ves? Ya has conseguido ser TAN importante como para merecer ser el tema principal de dos de mis entradas. Has conseguido desequilibrar mi fortaleza; un mes sin sufrir mareos en el gimnasio, y esta misma mañana, sin hacer un esfuerzo excesivo, he vuelto a caer. Menos mal que ha sido en el tatami y rodeada. No me vale de mucho desengancharme del café, tampoco me conviene, pues es la sustancia que me sube la tensión con facilidad y a bajo precio económico. He superado esos niveles de pena y risa, para ser sustituidos por presunto desinterés. “El mayor desprecio”. Pero luego pienso que lo único que buscas es llamar al atención, porque es así. Entonces ¿qué hago? Te quiero lejos, te quiero perder de vista, pero, sobre todo, quiero que desaparezcas, que se extinga tu comportamiento. Soy así de mala persona, no veo NINGUNA esperanza para contigo porque no la hay. Y puede que también por esta necesidad de huir que me provoca tu existencia, me convenga hacer esas pausas diarias que otorga un café. Estoy a 20 días de MI día, de poder compartir mis ALEGRIAS con la gente que QUIERO, y no me vas a joder. Siento ser tan mal hablada, pero creo que sabéis que las palabras son mi forma de desahogo. Aun no eres un punto contra de mi lista, aun no te deseo cualquier mal, más que nada porque ciertos males también afectarían a personas que no merecen daños. Pero ya no hay NADA bueno que te desee, TÚ solito te estás buscando lo peor. El desprecio, la soledad absoluta y un futuro extremadamente penoso. Lo siento, no hay nada más que decir, esto se va acabar. Ya no es que me metas miedo o no, por supuesto que nunca lo harás, sino que… me das exactamente igual. Lo que te pase o te pueda pasar es estrictamente ajeno mi lista de prioridades.

8 mar 2013


La música en la calle es como el sexo de una noche. Y yo quiero una novia.

Esta frase la dijo un concursante de un cazatalentos, y a mí me pareció la frase más bonita relacionada con la música que he oído en mi vida. Tanto, que aun no siendo compartida, fue mi estado durante varios días. Por mucho que Platón la ensalce como “gimnasia”, por mucho que Pablo Alborán parezca decir que roza por dentro, esta frase la define como un deseo, una necesidad, una ley de vida. Aunque no lo comparta, mi empatía de permite comprenderlo. La vida es amor, tarde o temprano. Sin amor, no tiene sentido. De hecho busco amor en cada minuto del día. Y, por supuesto, no me dejo embriagar por la posibilidad de tener sexo de una noche.  Ahora cambia “amor” por “música”.