24 dic 2013

Otra vez


Toca sonreír y decir que eres feliz. Dar gracias por lo que tienes, por haber pasado un año más. ¿Cómo? ¿Con qué cambios? Eso da igual; todo culpa de la Navidad comercial. Asociamos FAMILIA a una conmemoración religiosa. ¿Por qué? Esto es mucho más que “sonrisa de maquillaje”. Parece que está prohibido sentir soledad en estos días. Y todo por “moda”, costumbres… sociedad.

Por otro lado, los pequeños esperan deseosos a recibir regalos, todo bienes materiales. Qué culpa tienen ellos. Yo hace tiempo que no pido deseos por escrito, aprendí que los abrazos no son cuestión de palabras ni reglas.

Recuerdo, de pequeña, estuve tentada a pedir un imposible a los Reyes Magos; total, son mágicos. Pero era totalmente imposible. Ahora no; mi deseo puede hacerse realidad. Es cuestión de suerte. Quiero… no sentir frío. Y no me valen pijamas, ni batas… ni una sauna. Quiero, necesito, calor emocional. Hace no tanto que una mirada, su mirada, me dio el calor que necesitaba para recuperar el aliento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario