Nadie que no me conozca de verdad, y no me vale con que me hayan visto en persona, tiene idea de lo que hay de verdad en lo que escribo. Antes puede que sí, pero ahora es imposible.
Lo siento muchísimo por aquellos que me siguen, no es que no quiera hablar de verdad.
El problema está en la falta de posibilidades, la reducción del lenguaje escrito.
Las medidas numéricas son limitadas. ¿Cómo medir a partir de infinito?
No hay adjetivos, ni sustantivos abstractos con los que describir las sensaciones, el valor de las ausencias de vacíos.
¿Cuántas veces insistimos en llenar nuestra vida de planes, de regalos, de detalles, de palabras, de justificaciones?
Quiero improvisar.
Quiero que nuestro regalo diario sea respirar.
Quiero que el corazón se me dispare porque sí, porque lo tengo todo sin tener nada más.
Quiero que te calles y me lo digas TODO sólo con mirarme.
Quiero desintoxicarme del continuo "Por qué"
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