10 jun 2015

Refugio

Volvemos a hace un año.

Parece que va a llover, parece que va a haber tormenta, parece que se me olvidó el paragüas.

Mi pánico a la electricidad temporal ha menguado, pero persiste.
Pero ya no me importa. Y no porque siga creyendo que "va a caer una tormnta que va a arrasar con todo".
Ya no me importa porque, ya sea en tu cuarto, en tu casa, en un bar discutiendo si un cortado con hielos me va a sentar mal o en una biblioteca, me siento refugiada.

Anoche me caordé de una canción de hace ya unos años. Se refiere a un recuerdo, pero es totalmente equiparable a la lluvia.
No. No es no importa que llueva.

"Quema y moja por igual"

Quema, porque me hace arder por dentro, me recuerda que no tengo frío, que puedo hacer frente a esos aguijones fríos en forma de lluvia.
Y moja... es evidente.
¿Y lo importante que es el agua? La lluvia hace posible la vegetación, pese a la tala desconsiderada de árboles.
Y, en estas fechas, la lluvia nos libra de la pelusa de los árboles.

Decía que no me importa que llueva, porque tengo refugio.
Cualquier lugar es bueno.

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