Perdona mis sentimientos extremos y la rapidez con la que varían.
Perdona cuando me pongo de morros.
Perdona mi transparencia, mi debilidad, mi dependencia emocional.
Perdona mis deseos precoces.
Perdona mi fragilidad frente a ciertas situaciones.
Pero jamás de los jamases, si es que has de hacerlo, jamás me perdones quererte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario