Amar sin ser correspondida es una.
Pero hay otra grande.
Oler tu ropa y que ya te hayas ido. Rozar mi cuerpo y que sufra un dejavú de tus besos.
El umbral entre lo romántico y lo erótico es tan fino.
Me cuesta. Creeme que me cuesta.
En amar, desear a alguien, va implícita la adicción a lo que gusta, a lo bueno, a lo cómodo.
Sentir tus latidos pegados a mis oídos.
La distancia física y temporal respecto a tu cuerpo me parece de las mayores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario