20 oct 2015

Dejavú

Te buscaba en cada café.
En cada persona que me dirigía la palabra o una mirada.

Hacía listas con todas las personas que conocía, por probabilidad.
Por edades, aficiones o círculos comunes.

Pero sobre todo, muchos cafés.

En el gimnasio, en Ambigú, en Aserradero.
Konogan, Tree, debajo de casa.
Molino, Tesorera, el bar de J.

Hasta ese lugar me parecía un sitio probable para encontrarte.
Fue casualidad que tomásemos allí café unos meses antes de empezar?

Fueron también casualidad todas las personas que conocí desde que nos conocimos hasta que nos dimos cuenta?

Ayer, hablando con Medio café con leche, me acordé de lo absurdo que fueron esos casi cinco años deambulando.

Cómo os conocisteis?
Venga, hasta luego.

Tantos años gritándote en cada café, pausas diarias las llamaba.
Y fue reconocerte y se me acabaron las pilas.

Ahora tengo una dinamo.
Mi energía es cada sonrisa.

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