Abriste mi estómago, en sentido romántico y también le devolviste su uso vital
Lo preparaste para tantos sueños, para limpiar ese desordenado desván de recuerdos.
Traumas e ilusiones.
Miedos y metas.
Todo mezclado, sin ningún sentido justificado.
Ojos marrones, pelo negro, sonrisas tímidas, abrazos silenciosos.
Órgano poco valorado, pero es el previo a algo vital.
Tan vital como empezar a vivir feliz.
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