Mi cuerpo no llega a curvarse y sostenerse como el de una bailarina.
Mis brazos no tienen mucha fuerza.
Y mis curvas son de adolescente.
Pero aún así soy tuya. Cuando rozas la parte baja de mi pecho o patinas con dedos ardientes por mi espalda, me siento como el tesoro raro, exclusivo, que sólo tú puedes degustar.
Ni rosas, ni poemas ni noches de hotel o juegos sexuales.
Pero esto nuestro es tan único que me atrevería a decir que somos únicos en la historia.
Pareja, amor sin condición, sexo, paciencia, palabras prohibidas, zonas prohibidas, fobias superadas con tiempo y confianza.
Amor fraternal, nada de alcohol, música, amistad que no acaba.
No tenemos genética común, pero tu hermano roza mi rodilla con la suya y no pasa nada, tu padre no me mira con desprecio y tú me abrazas como a una hermana pequeña ilusionada.
Habrán figuras que hablen de esfuerzo, arte, recuerdos.
Y habrán malas lenguas que no conocen.
Pero estás tú, que lo sabes todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario