26 dic 2015

Todo, en resumen

Mi cuerpo no llega a curvarse y sostenerse como el de una bailarina.
Mis brazos no tienen mucha fuerza.

Y mis curvas son de adolescente.

Pero aún así soy tuya. Cuando rozas la parte baja de mi pecho o patinas con dedos ardientes por mi espalda, me siento como el tesoro raro, exclusivo, que sólo tú puedes degustar.

Ni rosas, ni poemas ni noches de hotel o juegos sexuales.
Pero esto nuestro es tan único que me atrevería a decir que somos únicos en la historia.

Pareja, amor sin condición, sexo, paciencia, palabras prohibidas, zonas prohibidas, fobias superadas con tiempo y confianza.
Amor fraternal, nada de alcohol, música, amistad que no acaba.

No tenemos genética común, pero tu hermano roza mi rodilla con la suya y no pasa nada, tu padre no me mira con desprecio y tú me abrazas como a una hermana pequeña ilusionada.

Habrán figuras que hablen de esfuerzo, arte, recuerdos.
Y habrán malas lenguas que no conocen.

Pero estás tú, que lo sabes todo.

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