Mi cuerpo era de niña.
Más bien, un esqueleto con piel.
Hoy he comido en el mismo sitio que en cierta fecha, antes de ti.
Y no recuerdo con exactitud la mesa, pero sé q apenas comí.
Hoy apenas he dejado tomate sobrante de la pasta.
Ahora bebo agua, como algo de pan y trago comida.
Casi nunca me dejó comida en el plato, y varío proteína e hidratos.
No sé de dónde salió mi intolerancia a la lactosa, ni mi amor por cualquier tipo de pimiento.
Recuerdas los tés humeantes en el bar-árbol?
Recuerdas la báscula, cierto domingo?
Cómo ha cambiado.
Ropa rellena, curvas, kilos bien puestos, pómulos en forma de sonrisa, ojos que brillan.
Ahora sí. Me acepto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario