3 feb 2016

Dolor

Fui adicta a él porque al parecer era necesario para ser mayor.

Lo sobrellevé por superarme.

Pero no es bueno. No es cálido, abrasador, como tanto pensé.

Más bien, quema. Araña.
No como tú.

Tú eres algodón.
Acaricias, calmas heridas y consigues que duerma cuando mi espalda no puede más.

Dolor contra amor.

Cómo pude pensar que iban de la mano?
En fila, sí.

Puede que, gracias a tanto dolor, valore tanto esa parte de amor familiar que a veces tenemos.

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