Envuelta en mantas, pero mis manos heladas.
Propósito del día que ya parece que no va a ser. Hacer ejercicio con este frío?
Paso.
Y de qué vale dormir bien si luego recuerdo cosas que no debería?
Otros despertares, momentos que no vuelven.
Me sumerjo en páginas que tengo que releer para entenderlas.
Y me río de los debates de la gente.
Un juego u otro?
Jugamos a ser Dios?
Venga, ya es que ni la realidad, ni los libros, parecen ser lógicos.
Me cruje la tripa, la misma que he visto esta mañana y me ha llevado a cierto probador.
No, esta vez no. Aunque sea sin ganas.
Voy mejor porque llevó 30 horas sin hacer caso a los pinchazos de mí estómago.
Prestó más atención a los latidos y a mis pómulos elevándose cuando me llamas... Lo que me llamas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario