Y del otro.
Han habido niños, vibraciones muy altas.
Ha habido traición, desengaño absoluto.
Tranquilidad e inquietud a partes, me gustaría decir, iguales.
La traición duele mucho, pero hay prioridades.
El apoyo en las batallas que se creían terminadas se da demasiado por hecho pero muy pocas veces se tiene.
Hay quien hace reír y crecer, y quienes parecía que sí, pero les importas una mierda.
Se dice mucho...
Que la basura se tira sola.
Que si no aportas, aparta.
Pero va muy, pero que muy, más allá.
Quédate con quien te pone un plato de macarrones un día de fiebre.
Quédate con la última persona en la que piensas en la cama.
Quédate con quien te permite llorar.
Quédate con quien te manda cartas.
Quédate con quien siempre tiene hueco para un café.
Quédate con quien te hace llorar con una camiseta.
No creo en Dios, así que estas dos últimas semanas no son nada más que tiempo para agradecer estos 12 meses.
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