21 dic 2020

Grinch para algunos

Para otros no. Me explico.

No me gusta la despedida habitual del año.
No creo en Dios, lo paso mal con cantidades industriales de comida, odio el consumismo forzado y el cariño con fecha de caducidad. 

Pero me encanta el cariño, demostrarlo sobre todo. 
Una personita me hizo entender que no odio la Navidad si no solo una parte.

Esta mañana he podido ver la reacción de dedicarle tiempo a una persona.
Dan cosquillitas. 

Y este año  más que nunca, siento que nada tiene sentido. 
Puede que la situación sanitaria nos atonte. No siento que sea diciembre. 

He tenido mucho diálogo interno y confesiones afectivas, típicas de fin de año, en marzo, en junio, en agosto y en noviembre. 
Ahora parecerá más forzado que nunca. 
El amor se demuestra cada día, en cada café, cada WhatsApp, cada llamada. No en esta costumbre, llámalo navidad, llámalo Hanukkah. 

Amor es la vecina que ve que no subes la persiana y te llama. 
Amor son miradas que abrazan cuando has contado algo íntimo. 
Amor es ver lo mismo, y comentarlo, a kilómetros de distancia. 
Amor es acariciar una espalda. 
Amor es celebrar pequeños logros. 
Amor es tomar café y compartir todo. 




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