Lucho contra corriente por ser feliz, sin depender de nada
ni nadie. Ir al gimnasio, estudiar, sumergirme en libros… son mis válvulas de escape,
pero a fin de cuentas es un absurdo sustitutivo. Soy una persona que necesita
cariño, personas que enriquezcan su vida con palabras, caricias, sonrisas.
Tengo mucha paciencia, tal vez demasiada. Y esperanza, que es imprescindible
para seguir viviendo en esta soledad. Pero a veces la paciencia y la esperanza
creen no soportar más esos momentos de soledad, destrucción, inicio de depresión.
Y duele; como si dispararan en pleno corazón. Y noto roturas de arterias y
venas por donde escapan mis ganas de vivir. Para ello, tiritas. Con sonrisas
falsas dibujadas para creerme ser feliz. Para hacer creer a mi sangre que debe
seguir fluyendo por mi cuerpo. Engañándome como a una niña chica con juegos de
palabras y cuentos. Me parece la única manera de seguir sin riesgos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario