Todos nos equivocamos. Todos somos frágiles. Todos nos
arrepentimos. Todos nos sentimos culpables de malos momentos. Y todos hemos experimentado
la inutilidad del paso del tiempo alguna vez. Ya son tres años exactos sin ser
yo misma. Aunque ya sin tanto miedo, con ganas de afrontarlo. Sin temor a
pronunciar su nombre, lo que pasó y olvidando la repercusión física. Hace ya
mes y pico que dejo de dar demasiada importancia a las fechas, pero no olvido
lo que significan. Los recuerdos que llevan escondidos. La única diferencia es
que he aprendido a controlar la aprensión de esos recuerdos. Mañana será un día
más.
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