A veces sale solo. No puedes evitar que tu mente vuele a ese
plano irreal, tan idílico, tan moldeado a tus gustos. A tu paraíso, allí donde
no hay miedo ni soledad. Antes era necesario crear convenio con la almohada
para que fuera posible. Y no. Mi subconsciente huye de la realidad y viaja a
ese plano secundario para disfrutar unos momentos. Hay quien opta por el yoga,
la montaña, las drogas, la lectura o un café. Pero el resultado es el mismo. Desinhibirse
de las tensiones diarias. Sócrates lo tomaba como resultado de todo. Morir, dormir…tal vez soñar. No sabemos con
exactitud qué es vivir, ni morir. Y, dado que todo es cuestión de fe, yo diría que
soñar es una buena opción. Ya sean sueños o pesadillas, no nos perjudica, no
corremos ningún peligro. Solo hay que dejarse llevar y probar la experiencia.
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