27 sept 2012

Masaje

Jamás habría imaginado que echaría de menos el amor con esto. Echar de menos no siempre va dirigido a algo del pasado. Esta vez más bien es un sueño. He echado de menos calor en el estómago, esas manos que vienen y van desde las caderas hasta los hombros, y que hacen una parada en el cuello. Esa presión cálida sobre los hombros. Las suaves caricias dibujando olas sobre mi espalda. Poca luz, música chill out. Sé que es la magia oculta tras la fisioterapia, pero entrar con la espalda encogida de dolor y salir con esa relajación parece cosa de brujos. La parte bonita, nostálgica y penosa de este asunto es que he buscado en esas manos el tacto de las tuyas. Recuerda que Lo cambio todo por tus manos.

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