27 oct 2012

La balanza

Caras nuevas, miradas que resaltan y desvanecen todo lo demás. Risas, cosquillas, hielos, un camarero mosqueado y preocupado por su futbolín. Paraguas abiertos cuando deja de llover, los mimos videos una y otra vez, camareros conocidos que invitan a algo, mosqueos, un ratito hablando en casa y cómo no? Fotos. Cómo un día de mal humor puede ser suficiente para crear buen ambiente entre dos personas, dar por hecha la intolerancia al alcohol, música “infernal”, un paraguas rosa de Hallo Kitty, entrar a un bar y reconocer a mi rubia favorita solo de espaldas. Más coincidencias. Intento de beso, evitado. Insistencia con llamarme pequeña. Y el resultado emocional son dosis desbordantes de amistad, risas; sin rastro de algo más. Pero no importa. La balanza habla por sí sola. Poquito a poquito se hace un muchito, dicen; mi objetivo es seguirá siendo ese “algo más”, pero mientras, estas risas continuas darán color y rellenaran el vacío reinante tiempo atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario