Odio repetirme, sé que podría contar novedades, pero la
razón conexa de estos cambios es la misma. NECESITO encontrarte, saber quién
eres, una fecha aproximada… lo que sea. Problema: La vida no avisa; simplemente
pasa.
Conclusión: Tengo que estar bien despierta para no dejarte marchar.
Y mientras, vivir, sonreír, convertir las penas en alegrías, aprovechar cada
regalo que se me otorga. Compartir con cada persona que se cruza en mi día a día,
intentar ayudarle en sus problemas, alegrarme con sus alegrías y jamás hacerle
daño. El destino es sabio y siempre pone en los caminos de la gente a ciertas
personas.
Y algún día, una de esas personas impuestas por el destino, será
mi pausa personalizada. Con él mi pulso se relajará, desaparecerá el miedo, las
pre-ocupaciones, me saldrá dar gracias a cada día, no habrá prisa por llenar el
silencio; simplemente compartir momentos juntos. Miradas, roces, cafés,
cervezas, sonrisas, pasta de dientes…
quién sabe si un futuro hasta el final.
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