24 may 2013


Puede que todo lo que necesitaba era estar sola. Disfrutar de media hora completamente sola en una sala insonorizada, en teoría, disfrutando de una clase virtual en el gimnasio. No ha habido mucha diferencia de mis costumbres, pero he podido mascullar en ciertos minutos contra esas personas que desearía se esfumasen; fácil solución: descargar cada insulto y cada golpe físico en la velocidad de los pedales. Recuerdo que le prometí no estar mal, de hecho mañana compartiré espacio con él, y el domingo también. No sabría decir por qué no estoy dirigiendo esta entrada a nadie. Tal vez porque sepa demasiado bien que NADIE, por muy amigo mío que sea, comprende la liberación que he sentido esta mañana; el video estaba en inglés, y qué. Esta misma mañana me han dicho de ir a aclarar las verdades, pero le hice caso. No merece que me caliente la cabeza; demasiadas malas palabras han salido ya de mi boca, por su culpa. De mi boca y mi corazón, que es lo peor.

Y puede que hace un par de días me sintiese insegura y confundida, pero ahora puedo decir bien alto que, no sé por qué, quiero estar con él; los amigos están para acompañar la soledad, dicen. Me hace bien vivir días concretos sin filtro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario