7 may 2013

Simples ilusiones




Estoy hecha un lio. Se supone que estoy perfectamente de ánimo porque veo que no soy tan impar en esta vida y que ciertos sujetos no merecen mi pánico. Pero en esos momentos en los que desconectas, a veces tardas en volver a conectar con la realidad; ves a alguien y le tratas como tu corazón necesita tratar. Un gran deja vú. Entiendo que quien acompañaba al “portador de mi recuerdo” pueda haber pensado que estoy loca, aun respetando el brillo de mis ojos acompañado de una sonrisa. Pero diez segundos después he roto a llorar, aunque he luchado contra ello. Y ahora otra vez; solo que ahora tengo mi osito de peluche abrazado. De hecho no consigo escribir más de una frase sin llorar… ¿por qué? Se supone que estoy bien, que no tengo miedo ni frío, porque está conmigo; y también porque mi vida por fin tiene algo de color. “Es bueno llorar”, dicen. ¿Es bueno aferrarse a un recuerdo y dejar que la vida fluya ajena a mí? No va a ser para nada justo que cargue a “Caramelo” con esta paranoia, ni a “Océano”, claro. Ni siquiera termino de ver coherente explicarle mañana “el acompañante del portador”. Ha sido algo puntual, ¿y? Se supone que esta persona debe conocer mi salud física y parte de psicológica. Que sepa porqué hoy ha visto mi sonrisa, ya que sus clases no se quedan solo en el tatami.















(por favor)
Enamorame, amor

No hay comentarios:

Publicar un comentario