Hacía ya tiempo que no usaba mechero para enviarte alguna
carta, pero esta tarde me ha parecido el momento adecuado. Mañana no sé si
dispondré de fuerzas para hacerlo. ¿Sabes? Mi “hermano mayor” me ha dicho que
le asombra mi fortaleza y que sabe que mañana conseguiré no derramar lágrimas
por ti. Que tengo que pensar más en mí misma, y , por tanto, es justo que
piense en ti. En esto, contigo, ni Caramelo parece entenderme. No lo sé, la
verdad es que me da exactamente igual. Es algo que nadie puede entender al
100%. No es amor fraternal, ni amistad, ni eternidad. Una vez escribí que eres
el oxígeno de mis sonrisas, y me doy cuenta de que también eres el aire frío
que seca mis llantos. Ya casi había olvidado los ataques de ansiedad y la sensación
de ahogo, pero esta mañana, en el tatami, los he recordado. No quiero ni pensar
en mañana; clase más dura y toda una tarde sola, prácticamente. Habrá personitas
dispuestas a ayudarme con sus palabras. Raúl, Juanjo, Jony, Iván, Sonia, Anita…
pero no estarás tú. Tengo asumido que no vas a volver, que carece de sentido
recordar esta fecha y que no serás más que un recuerdo. Pero también tengo
claro que jamás te olvidaré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario