11 jun 2013

Siempre en mi mente


Hoy el día empezaba perfecto, estar dos horas y media haciendo deporte parecía el plan perfecto para no llorar, para no romper nuestra promesa, pero, cómo, no, me he mareado. La primera vez que rompo una promesa contigo, la primera vez que me mareo en clase de Vero, la primera vez que tiemblo tanto, la primera vez que un mareo es revocado a lágrimas, la primera vez que lloro como una loca en el vestuario; pero no la primera que tomo un café para intentar remediar las penas. Vero me ha aconsejado una ducha fría, para el mareo y para las penas, y ha funcionado. También es la primera vez que he cantado en la ducha. Solo tú, Everytime we touch, Dime y Recuérdame han sido las canciones que he repetido una y otra vez.

Perdóname, de verdad. Vero me ha escuchado, mientras se cambiaba, y me ha dicho que “tengo que sonreír para que esté contento”, Jony me dijo lo mismo ayer y es lo que debería hacer. Pero lo siento,la situación puede conmigo, y, aunque ayer estudié durante tres horas, hoy voy a huir, voy a tomar café, uno tras otro, estaré con J, no me importa si actúa como camarero, como amigo, como ex o como cabrón simpático. Seguramente lloraré, total: ya he roto mi promesa, y me han dicho en el gimnasio que siempre es bueno llorar si se necesita. Son lágrimas justificadas, un día es un día.

Y lo siento si hay alguna letra mal puesta, no me apetece releer. FELICIDADES, MI NIÑO

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