Hoy el día empezaba perfecto, estar dos horas y media
haciendo deporte parecía el plan perfecto para no llorar, para no romper
nuestra promesa, pero, cómo, no, me he mareado. La primera vez que rompo una
promesa contigo, la primera vez que me mareo en clase de Vero, la primera vez
que tiemblo tanto, la primera vez que un mareo es revocado a lágrimas, la
primera vez que lloro como una loca en el vestuario; pero no la primera que
tomo un café para intentar remediar las penas. Vero me ha aconsejado una ducha fría,
para el mareo y para las penas, y ha funcionado. También es la primera vez que
he cantado en la ducha. Solo tú, Everytime we touch, Dime y Recuérdame han sido
las canciones que he repetido una y otra vez.
Perdóname, de verdad. Vero me ha escuchado, mientras se
cambiaba, y me ha dicho que “tengo que sonreír para que esté contento”, Jony me
dijo lo mismo ayer y es lo que debería hacer. Pero lo siento,la situación puede
conmigo, y, aunque ayer estudié durante tres horas, hoy voy a huir, voy a tomar
café, uno tras otro, estaré con J, no me importa si actúa como camarero, como
amigo, como ex o como cabrón simpático. Seguramente lloraré, total: ya he roto
mi promesa, y me han dicho en el gimnasio que siempre es bueno llorar si se
necesita. Son lágrimas justificadas, un día es un día.
Y lo siento si hay alguna letra mal puesta, no me apetece
releer. FELICIDADES, MI NIÑO
No hay comentarios:
Publicar un comentario