Anoche me faltaron un par de horas para poder plasmar el
día.
Todo empezó por quedar a una hora extraña, a media digestión.
Me encontré a un conocido, me pregustó qué tal…etc, y luego te vi. Cómo no, dos
besos; te animas a mirar ropa, te conviene, nos conviene. Primeras
adquisiciones. A continuación, nos impregnamos por la magia infantil de estas
fiestas; es más, tú descargaste tu puño y sobrepasaste los resultados. “Deshidratamos”
nuestros hígados, como es costumbre en estos días, destacando la paz existente
respecto al protagonista de “¿Contento?”. Decidimos cenar el plato italiano por
excelencia, los tres sentados sobre una cama. El final fue demasiado empalagoso
para tu gusto, tranquilo hermanito, me refiero a la avellana. Nutella sin
chocolate. Tras tu indignación por el poco ambiente de esta ciudad, me
acompañasteis a casa. Hacía mucho tiempo que no le daba dos besos a quien tú ya
sabes. Gracias otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario