6 feb 2014

Os lo debo


A Gnomi, a Estrella, a Princesa, a Océano, a El guitarrista, a B. (aun sin pseudónimo)… Escribo sin inspiración ninguna sobre ellos porque HOY se merecen que les haga una referencia estupenda. El orden es absurdo… porque todos valen lo mismo.

Gnomi; qué decir. Ya sé que se le han olvidado unos libros que me tenía que devolver, pero siempre habrá días para que me los dé. Ya dije muchas cosas de ella en Princesas pero no me importa repetirme. Muchas veces la llamo “Amor”, y está totalmente justificado. Desde que la conozco la he escuchado, aconsejado y ayudado en todo lo que he podido. Ahora pienso que me está dando mucho más de lo que yo di.

El guitarrista es puro amor. Compartimos en cierta medida nuestra afición a la música… y eso es mucho. Ha conseguido emocionarme varias veces con su voz o tocando el piano. Pero no es solo eso; también me demostró que hay regalos que necesitan momentos adecuados, y también que hay favores que no hacen falta ser pedidos. Compartió una pausa diaria con él, se preocupó por mi alimentación y su mirada me pareció reflejar el dolor que yo sentía cierto domingo. Tampoco olvido cierto tarareo ni las risas con ese baile tan peculiar. Ni que tenemos prometida una comida en mi casa para este verano.

Estrella es de esas personas que no se hacen notar, en el plano emocional, pero que luego siempre está ahí. Recuerdo que cierto 11/06, sin apenas conocernos, intentó consolarme. Igual que estuvo en Mucho más que un bar de copas. E igual que también recuerdo que casi se pierde ese 20/10. Gracias.

Princesa es… la combinación perfecta de detalles. Dulce, luchadora, alegre, niña y mujer a la vez. He pasado varias noches con ella, la he visto dormirse y despertarse: condición necesaria para ser parte del Mundo amarillo J

B. también forma parte de ese Mundo. Son tonterías… ya que no todos los amarillos tienen que despertarse juntos. Es curioso, porque ha sido la más… reciente. Nunca había intimado tanto con ella. No olvido que fue la primera llamada que recibí en todo ese verano que quiero olvidar.

Océano ya es todo un clásico. Descerebrado por naturaleza, pero un grande en las situaciones límite. Demasiadas coincidencias, tal vez. Hoy me ha abrazado, otra vez. Se ha sentado a mi lado, otra vez. Y me ha acompañado a casa, otra vez. A excepción de: Sólo hoy ha soportado mil chorradas que no le incumben (bueno, tal vez no sea la primera vez). Sólo hoy ha cogido mi mano y la ha apretado mientras recuperaba el aliento. Sólo hoy me ha visto temblar. Y sólo hoy el abrazo ha incumplido la regla número1 (Será regalado, no pedido)

Hablo de estos seis casos, pero son varios más. A TODOS: Gracias por soportar mis días grises, mis expresiones cursis, mis paranoias, mis fobias, mi historia y, sobre todo, por no iros nunca, por estar siempre ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario