Llegar a tu casa antes de lo esperado y verte en pijama. Leer
en tu habitación mientras tú atiendes a tus vicios. Y, como casi siempre,
dormir mientras estás a mi lado.
Hoy he sobrepasado mi tiempo habitual de sueño, pero no ha
sido la única rareza. Hoy, por desnutrición o simple cansancio, varias de tus
caricias no han aflorado cosquillas. Hoy, cuando nos íbamos, tu madre se ha
interesado por mi bienestar más que ningún otro día. Hoy, por culpa de cierto
despiste, se me ha olvidado el móvil en tu cuarto, he perdido el autobús y el
medio de trasporte que me ha llevado a casa ha sido el coche de tu padre.
Hoy me has dado amor, como todos los días. Pero en una dosis
muy pequeñita y muy delicada. Mi estado es fragilidad pura, pero no importa
porque sé que no me vas a dejar caer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario