9 dic 2014

Rózame

Rózame la nuca cuando esté triste.
Rózame la cintura cuando sientas que voy a caer.
Rózame las manos cuando tiemblen de frío.
Rózame los párpados con tus labios cuando presientas que van a llorar.
Rózame la espalda cuando busques mis instintos.

Rózame el corazón cada día, como si fuera el primero.

Enamórame cada día, cuidame y deja que te cuide.
Muestra tu debilidad y pideme ayuda, como yo hice tantas veces.
Confía en mí y verás como arreglo todo lo que está del revés.
Compartamos espacio, compartamos vida, secretos y silencios; silencios rellenos de respiraciones al dormir, de suspiros que ahogan todo lo que las palabras no abarcan.

Vámonos a Roma, Mónaco, Valencia... qué más da dónde estemos?
Contigo hasta el cielo parece un lugar mágico, si algún día no lo fue.

Dibuja mi sonrisa con la yema de tus dedos cuando estoy en al cama.
Describe el camino desde mi boca hasta el ombligo con un reguero de besos.
Siente mis locas caricias por tu espalda.
Toma aire, cierra los ojos y confía en mí. Que todo llegará.
Todo lo bueno que me diste y me sigues dando, se te deolverá.

Saca las inquietudes y sueños sin cumplir y pongámonos a hacerlos realidad.
¿Quién dijo que el tiempo y la confianza sustituyen a la magia, al enamoramiento? Un desgraciado que no amó.
La magia persiste tanto como queramos. Bien puede desparecer, pero también puede ser eterna.
Puede que nos amoldemos a un presente/futuro juntos, pero siempre podremos conservar la sorpresa que supuso abrir los ojos.

No creo que desaparezca mi leve sonrisa al sentir contacto con tu piel.
La sorpresa de mi cuerpo al reencontrarme con tu roce.

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