Muchos son los que piensan que el dinero lo compra todo.
¿Acaso compra felicidad?
"El multimillonario Adolf Merckle se arrojó a las vías de un tren tras perder su apuesta de cientos de millones por cierta marca de automóviles".
Nombro marcas. Dejando a un lado la valiosa información de Sr Google, sé que la felicidad no es equivalente a ninguna cifra.
No hay dinero en el mundo, ni se podría cuantificar, que pague los silencios llenos.
Hablo de aquellos que tanto conocen las sábanas o las aceras.
Quiero decir:
Çuantifica si quieres las noches de sexo, los besos, las palabras, pero no podrás con lo demás.
En esos momentos, tacto, olfato y corazón lo hacen todo. Cualquier sonido o palabra es ruido.
Yo no creo que nadie puede decir que tiene suficiente dinero o terrenos como para no necesitar eso.
Llámalo amor. Llámalo comodidad. Llámalo complicidad. Llámalo felicidad.
Llámalo como quieras, pero NUNCA dinero.
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