11 may 2015

Calor

Se agradece. Nuestro cuerpo está a una temperatura de 36 grados centígrados, por lo que sería lógico estar muy cómodo.

Ya no sé si culpa del frío burgalés, mi frío habitual emocional o si soy una más; pero las olas de calor pueden conmigo.
Estar contigo me relaja, me calma, me estabiliza, pero tú mismo dijiste que mi piel es un lugar perfecto para hacer una barbacoa. Ojalá tuviese grasa corporal con la que sudar y expulsar tanto sofoco.

Me cuesta dormir con esta sensación tan pegajosa. Es raro decirlo, pero el agua oxigenada que desinfecta mis heridas es casi una salvación a mi ardor.
Nunca pensé que deambular casi desnuda por casa fuera la única opción de alivio. Pero sabes?

Mi cuerpo ya no me da asco, principalmente porque TENGO CUERPO, hace unos meses sólo eran huesos con piel.
Sonrío cuando tus manos acarician mi espalda o mi estómago, ya con forma.

Pero puestos a elegir, me quedo con el calor preso bajo las sábanas cuando estamos juntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario