10 may 2015

Lista de deseos que no puedo decirte a la cara

Sí, ya sé que lo vas a leer, que se jode el plan sorpresa, pero es un listado que no para de crecer en mi cabeza, y me parece correcto dejarlo escrito y olvidarme.
No todo lo escrito en una carta de Reyes se consigue.

Querido destino/mundo/ tú:
Ya me conoces. Creo que nunca te he dado motivos para que desconfíes de mí. Aún así, sé que mis caprichos son, a menudo, surrealistas.
Hace años, por ejemplo, te pedí retroceder en el tiempo y recuperar pedacitos de mí.
Procuraré pedirte improbabilidades.

Tú/destino/mundo puedes con todo eso.

Quiero que vivas conmigo. Que sea diario el traqueteo de llaves al entrar en casa; aún así, no habría ni que pedir una copia.
Quiero eliminar ese día al año en el que se me va la pinza y pienso en abandonar.
Quiero dejar de prometer viajes futuros y aplicar el Carpe diem.
Quiero que el mundo se entere de lo que hay, que he decidido una vida nueva, sin historial traumático. TODO EL MUNDO.
Quiero que sentir tu cercanía no sea una celebración, sino tan natural y necesario como latir.

Y esta última la tuve en mi cabeza anoche hasta poder dormir.

Quiero que un viernes, sin que yo lo sepa, sin que nadie lo sepa, aparezcas en el hall de Hélade; yo saliendo del aula o del vestuario, da igual, que en esos momentos sonrió porque planto cara a la improbabilidad médica de seguir bailando.
Es un sueño más.

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