27 sept 2015

La magia

No quiero olvidarla.

Ningún detalle en los que fuiste esa luz que necesitaba con urgencia.

Y sí, me enamoré tarde; ame mi vida tarde; hice el amor tarde.
Pero llegó.

Reconozco que insistí en mantenerla más tiempo del habitual.
Reconozco que fui más infantil en cierto tiempo; pero me negaba a creer en esa madurez fría, obligada, oscura y dolorosa que, hasta entonces, era mi única opción.

Con 22 años y confiando por primera vez en compartir cama.
Con 22 años y descubriendo mi cuerpo.

Sé que es algo personal, pero es tan necesario!

Recordar tanta desconfianza propia, tanto miedo ante una única luz.
Necesitaba compartir todo,cada minuto demitiempo,cada sonido de mi voz.

Contigo dormía, confiaba, descansaba, me dejaba ayudar.
Me llamabas cosas que nadie me había llamado, tomábamos helado especial y,yo, perdía el miedo al ridículo en la bolera o frente a la báscula.

Y estabas ahí, haciéndote hueco dentro de mí.

No hay San Valentin, no hay París.
No hay edad, hay verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario