26 ene 2016

Control

Llorar no se planifica, no se aplaza.

Me he negado a derramar todas las ganas de avanzar en forma de agua contigo, y ahora no me sale.

Nunca he tenido capacidad sobre ellas, lágrimas que no piden permiso y vuelven a su casa sin importarles nada.
Independencia total.

Muy bien.
Pues yo tengo otra fuerza inexplicable que puede con todo.
Tú.

Puedes con trastornos digestivos y de sueño.
Puedes más que el ansiolítico por excelencia (no publicidad).
Puedes abrir ese cuaderno por escribir que decidí cerrar y animarme a hacer bocetos de capítulos.

Puedes darme toda la fuerza que perdí.
Puedes recordarme valores, diferentes tipos de cariño.

Definitivamente, puedo decir que el control no es tuyo ni mío.
El control no existe, es el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario