5 ene 2016

Vivámosla

Los poemas ya no están hechos para ser leídos.
Los conciertos ya no están hechos para los oídos.
Las noches ya no están hechas para dormir.

Los poetas de ahora, habitualmente, ni escriben ni enamoran, sólo engañan.
Los conciertos son motivo de fiesta por la excusa de emborracharse y ponerse hasta el culo de todo.
Las noches son confidencias, cariño o sexo.

A veces las tres.

El sexo empieza en esa maldita quemazón de excitación, antes de tocarse siquiera.

Con "Tengo miedo" y "No va a pasarte nada" el calor en esa parte de tu cuerpo, que a saber cómo siente calor, es cuestión de segundos.

También están los roces inocentes sobre las muñecas.
Las copas de vino, islas solitarias sobre una mesa para dos.
Escaleras que nos llevan a personas.
Reinicios.

Pianos, guitarras. Idiomas.
Nuestro idioma.

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