13 feb 2016

Coca cola

Recuerdo vagamente las canciones que antes me curaban las heridas, las que me escuchaban, las que me decían que mis sentimientos ya ocurrieron una vez.

La mayoría hablaban de dolor, de olvido, de despedidas forzadas.

Y ahora estoy dando bienvenidas sin parar, cada día, a situaciones que creí prohibidas para mí.

Y tú eres la cocacola.
Mala para el estómago, para hipertensos, diabéticos y para niños.
Pero salvador para hipótesis e hipoglucémicos.

Dulce, chispeante, refrescante.

El anuncio eterno de la bebida que alarga la felicidad.

Sabes que siempre hay latas en mi cocina, por si acaso.
Y las pequeñas dosis de ti son el suero de mí comodidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario