He soñado que podía.
Al final va a ser cierto eso que leí de que, una vez que has bailado, ya puedes hacerlo con tu mente.
He soñado arabesques imposibles, pliés que hacían mis pies de chicle. Y muchos giros sobre puntas.
En el sueño había partes de pasado; pantys muy claritos y gel de brillantina.
Te preguntarás por qué lo escribo aquí, si es un sueño.
Porque, como en Erase una vez, te veía a ti al terminar.
En el sueño ambos teníamos la fuerza necesaria para yo anclarme a tu cuello y tú hacerme girar en un ángulo perfecto respecto al suelo.
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