Pies semidesnudos, mangas acortándose, queriendo desaparecer, y contando días para que el sol pueda plasmarse en la piel de mis piernas.
Menos de un mes para un rato de piscina cada mañana.
Ya con los bikinis y toalla organizados en la mochila de turno.
Habrán noches de tormenta, y días que me arranquen lágrimas, pero veo, desde ya, que va a ser inigualable.
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