10 jul 2016

Artes

Llevo dos horas haciendo tareas de casa, con la música descargada desde hace años, y la mayoría de las canciones que escuchaba entonces hablaban de vacíos.

Ahora entiendo que encontrase refugio entre esos versos.
Pero qué lejos las siento.

A día de hoy, no hay UNA canción que parezca escrita con mis latidos.

Contigo, tus manos, nuestras risas y sonrisas. Ojos que brillan, gargantas secas por miedo a romper la magia, susurros y caricias como despertadores.

Como hace años, estaría bien que pudiese tocar la guitarra.
Contaría todo y nada. Como aquí.

La pena sería la competencia de mis dedos sobre cuerdas de guitarra o sobre tu espalda, entre tus rizos.

Ya no sé qué arte me convence más.

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