Sí, respirar; y sí, dolía.
Porque el diafragma me recordaba los años entre guitarras y micrófonos.
Porque cada dibujo y foto de acorde que no conseguí ejecutar duele igual que piruetas y coreografías no vividas.
Antes solía decirlo mucho, como una voz en off.
Y cómo ha cambiado la cosa; ahora mi voz en off piensa muchas cosas, pero no dice ninguna.
Cuando empecé a hacer pilates fue por consejo de un monitor, para evitar dolores más fuertes en la espalda.
Y funcionó.
Y no sé si es ése nivel de yoga que permite dejar la mente en blanco con sólo respirar, kung fu o el paso del tiempo, pero ya no duele.
Curiosa frase; a mí que nunca me causó emoción Alejandro Sanz.
Recuerdas el primer domingo en tu casa, con helado de café, tu peluche de Bob esponja y Posdata te quiero?
Bueno sí, y la música Claro de luna ambientando un beso lento.
Yo recuerdo también esa frase: Ya no duele, porque al fin ya te encontré.
Y ya está
Desde la primera semana se vio venir; que las ganas de huir, el miedo, el insomnio, los ayunos, las lágrimas... el dolor desaparecería.
El miedo por un futuro que no era futuro y, y después la prisa por tenerlo.
Antes sí, pero ya no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario