Echar de menos algo que sabemos que no va a volver es duro.
Competir respecto a ausencias me parece sucio.
Y la compasión interesada ya me da náuseas.
No pretendo ser lo que no llegué a ser en otro tiempo; sólo quiero intentarlo, contigo.
Como siempre.
Por qué no, después de intentar tantos imposibles.
Para qué dejarme llevar por esa corriente de autodesconfianza?
Sé los tacones que nunca calzaré, las velocidades que existirán ajenas a mí, pero hace tres años no me veía en piscinas, ni compartiendo sábanas, ni buscando escapadas, ni volviendo a intentar.
Volver a intentar no por echar de menos esas sensaciones sino sacar esas experiencias del pasado y vivirlas contigo, de otra manera pero contigo.
Contigo todo es fácil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario