26 jun 2012

Ilusión


Me siento presa en esta celda llamada soledad, alumbrada por apenas una vela elaborada con ilusión. Siento asfixia en esa celda sin importar el número de ventanas que tenga, pues las ventanas me permiten soñar pero no cumplir expectativas. Invirtiendo horas y horas en estudiar para conseguir mi sueño. Un sueño imaginado, aun no es real. Adicta al café: a su sabor amargo, a esa parada del tiempo que me permite respirar, sin prisa sin estrés. Enamorada de frases inventadas, mías o de otra gente; frases que ha escrito gente famosa o que redactan sueños de enamorados de la vida, pero que no van más allá, frases con las que gente desconocida e incluso opuesta se siente identificada, frases a veces difíciles de descifrar, como los textos de lenguas antiguas grabados en papiros, pergaminos o tablas de arcilla: parecen signos unidos al azar, garabatos, pero en verdad llevan arte grabado. Sí, arte. Porque arte es todo lo bello, y vivir es belleza. Por tanto cualquier descripción de vida es una maravilla. Una primera ecografía, una carta de amor rechazada consumiéndose entre llamas, el sudor que empapa las sábanas sobre las que dos personas cualesquiera se amaron por primera vez, las manchas de rímel corrido por el dolor de perder a alguien valioso. Y, aunque el amor tantas veces resulte doloroso, es lo único que mantiene mis ganas de seguir. Aunque un rechazo duela, éste hace que mi corazón llore, que recuerde que está vivo, y entonces entrevé esa llama de ilusión. Sí, la ilusión es un engaño, un absurdo cuento de hadas lejano a la realidad… pero es el cinturón de seguridad de todos los que pierden sus razones de vivir con frecuencia. Un absurdo cuento de hadas improbable, pero no imposible.

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