14 oct 2012

Confianza

Es una palabra que oímos muchas veces al día, pero parece que nunca las suficientes. La tomamos como un objetivo, una forma de vida, pero nunca nos atrevemos a aceptarla por entero. Solo en situaciones de amor, si acaso. Y yo creo que debería estar más presente. Todos deberíamos tener un círculo de personas con las que compartir nuestras penas, nuestras dudas y nuestras alegrías. Puede sonar a grupo de centro psiquiátrico, pero, si en esos casos consigue mejorar vidas, porqué no en el nuestro. Confianza debería ser como ir a comprar el pan; algo para lo que tenemos reservados 5 minutos, al menos, cada día. Algo que no podemos sustituir con cualquier imitación, léase pan de molde. Y hablo por experiencia, la confianza podría definirse como un abrazo cálido que nos rodea cada día, para que no olvidemos que en cualquier momento que necesitemos tenemos personas que nos ayudarán si lo necesitamos, una “familia”. Es algo que nos pone el límite de alcohol ingerido, como una pegatina puesta en cada vaso que dice “Las penas no se disuelven en alcohol. Puedes tomarte este cubata, pero no esperes cambios en tu vida” Recuerdo que hace unos años en un concurso reallity musical una clase consistía en sacar partido a la expresión corporal y un día tenían que abrazarse todos juntos, no dejar ni un centímetro de sus cuerpos sin estar relacionado con el cuerpo de sus compañeros. Confianza física se llamó esa clase. Es algo intimo, pero bonito. Dejarse llevar por el tacto… es un sentido con mucha fuerza al que no sacamos partido como podríamos. Sabemos cuándo hace calor, si algo es suave, pero poco más. No nos relacionamos mucho con él por falta de confianza. Un abrazo cálido, un rostro suave; esas son cosas que nos perdemos. Damos dos besos por cortesía, pero no dejamos que nuestros labios perciban la calidez, la suavidad y a veces el temblor de la mejilla del otro. Tengo al suerte de confiar en personas, de poder ser YO, sin demasiados miedos, pero me falta un tipo de confianza. La romántica, sensual, pasional… llamadla como queráis. Me falta el calor bajo mis sábanas, el roce de dientes durante décimas de segundo, la carrera de unas manos recorriendo mi cuerpo. Y ahora un par de frases típicas. Todo llega Nadie dijo que fuera facil

No hay comentarios:

Publicar un comentario