Jamás creeré en el horóscopo, pero este año está acertando
mes a mes. Enero depresivo, pequeña mejora en el segundo mes… y un abril
rebosante de felicidad. Porque habla de un estado de ánimo individual, y yo
ahora estoy muy feliz. Podría serlo más, vale, pero implicando a otras
personas. Ahora sé lo que quiero, te quiero a ti, quiero que un día me mires a
los ojos y leas todo esto; que me abraces, como siempre o más aun. Quiero enamorarte,
quiero perderme más que nunca en tus ojos.
Tengo que darte las gracias, a ti, al destino… yo qué sé. Porque
por fin he visto que tenía que pasar página, me ha costado mucho cambiar el
chip en todo lo que escribo, enfocar hacia alguien real. Y ahora te tengo a ti,
porque siempre has estado ahí. El año pasado, cerca de mi cumpleaños, apenas
nos conocíamos, pero recuerdo que estabas. También estabas ese día en que me
apoyaste para superar mi fobia. Estuviste esa noche de frío. Y estás en mi
mente todos los días. Contigo veo que cada momento es único, que cada idiotez
tiene un valor incalculable. Y que una de esas idioteces es la lluvia, esa que
tan triste me ponía; “Parece que va a llover significa que me quieres”. Otra
idiotez es un regalo que me hicieron estas Navidades, un regalo que tiene parte
de su historia contigo. Pero tú no hace falta que me regales nada (físico)
porque con que existas y sonrías tengo el mejor regalo del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario