29 abr 2013



Sé que me prometí avanzar (o retroceder, no lo sé) contigo esta semana, pero aun estamos a lunes, no tengo tanta prisa. Necesito claridad para actuar. Supongo que un sms como propuesta de un café valdrá. ¿Qué pasará en ese café? Es gracioso, pero… el último momento cafeinómano que tuve fue con una infusión. Recordemos que café significa pausa diaria, desahogo y calma.

Siempre han dicho que la teína también puede hacer daño, pero yo soy inmune. Té negro, rojo, verde; de frutos rojos, del bosque. ¿Qué más da? Y me acuerdo, porque tengo una página agregada a favoritos, de que en Granada hay muchas teterías; me pilla lejos, pero yo recuerdo una infancia repleta de botes de té, a veces la mejor tetería está en casa. También hay tés de caramelo, regaliz, gominola… y mil frutas.

¿Y el café? Evita bajadas de tensión, por supuesto. Pero también evita que puedas conciliar el sueño, que halles calma en tu almohada. Ahora vayamos a lo personal.

Tomo té de limón desde los cinco años, pero en un sentido actual el té lo relaciono con la novedad. Puedo tratar de relacionar el té con el océano, pues su mayoría es agua, el origen. Origen que a veces ocasiona catástrofes, como un tsunami. El caramelo, como mucho, produce caries.










Enamorame, amor (seas quien seas)

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