20 jul 2013


Echo de menos sentir que mis labios arden al distanciarse de los tuyos, la risa tonta cuando tus manos se deslizan por mi espalda, los suspiros que daba sobre tus hombros cuando jugabas por mi espalda. Echo en falta el sabor de nuestros besos, esos que conseguían que todo desapareciera. Echo de menos tus manos abriéndose camino bajo mi camiseta; ese cosquilleo continuo en el estómago. Echo de menos que te metas conmigo, que me abraces cuando tengo frío, que me mires a los ojos y sienta vértigo.

Ya no sé ni a quién va. No siempre se “echa de menos” algo real. Hace no mucho predije que sería un verano cálido, pero, por lo visto, no es la calidez que esperaba; por ahora. Mientras, por las noches, las sábanas arden, encierran un mundo que no para de gritar, tal vez porque no encuentra lo que quiere. Quiero que, cuando me meta a la cama, pueda aspirar su olor, tu olor; una fragancia que me haga sonreír sin poderlo evitar. Que me digas que soy dulce o como tú quieras, porque eso significa que me ves, que soy importante para ti.











Enamorame, amor

No hay comentarios:

Publicar un comentario