28 ago 2013

Café

Es justo lo que necesito. Evadirme de todo, desahogarme en el fondo de un café solo, pero es lo que menos me conviene. Ayer no comí; ayer rompí a llorar; ayer me quedé dormida en el sofá. Menos mal que la báscula aun no se ha sumado a esta tortura psicológica.

Siento decir que un abrazo carece de sentido; siento abandonar un libro cuando ya me queda menos de la mitad, siento pensar por alto en trozos de cristal. Siento no ser fuerte.

Visto que no podré parar el tiempo durante una temporada, retomaré los tés. Para empezar, una tila de dos sobres, por favor.

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